La Serrella
Mallá del llop
Introducción:
Aunque la Sierra de Aitana es la de mayor altura de toda la provincia de Alicante, paralelamente a ella, al norte, otra agrupación montañosa requiere nuestra atención. Es la llamada Serrella, la cual discurre en dirección oeste-este engarzándose a la altura de Castell de Castells con su compañera, la Sierra de l'Aixortá. Todo este conjunto comienza en las cercanías de Alcoy, llegando hasta Callosa de Ensarriá. Es quizá la zona más agreste, solitaria, espectacular y paisajísticamente más cautivadora de toda la montaña alicantina. Uno a continuación de otro, nos encontramos con el Alt de la Serrella (1.359 m), el Plá de la Casa (1.371 m) y la Mallá del Llop (1.357 m). Sin olvidarnos dels Frares de Quatretondeta (1.100 m) y los innumerables caprichos geológicos consecuencia de la erosión y de los fenómenos kársticos. En resumen, la Serrella es un verdadero Parque Natural, olvidado, solitario, absolutamente espectacular.
La excursión completa por toda la Serrella es posible pero muy fatigosa. He preferido dividirla en tramos para disfrutar sin prisas de cada una de las cumbres, comenzando por la Mallá del Llop.
Cómo llegar y ruta a seguir:
Desde Alicante tomaremos la autovía central dirección a Alcoy. Una vez pasado el túnel del Barranco de la Batalla, en la primera desviación salimos, siguiendo dirección Benilloba. La carretera es amplia, bien asfaltada pero con continuas curvas muy pronunciadas. Imposible los adelantamientos, ¡atención a las motos! que usan esas tortuosas vías como pistas de entrenamiento. Al llegar a Gorga, tomamos la dirección a Quatretondeta. A partir de Quatretondeta el firme es más deficiente y la carretera se estrecha. Llegamos a Facheca. Ahí tomamos la carretera que va hacia Castell de Castells. A 2,5 km en Famorca iniciaremos de nuestra ruta. A nuestra derecha vemos el cartel "Centre urbá". Giramos a la derecha avanzando lentamente hasta meternos en un camino cementado estrecho y muy empinado, vamos ascendiendo hasta llegar a un punto donde el camino gira a la izquierda. En ese punto hay una explanada para dejar el coche y un sendero que es el verdadero inicio de nuestra ruta. Estamos en la cota 800 m. A partir de ahí no hay mas que seguir un largo sendero que en continuos zig-zags nos acercará a la cumbre. En la cota 1.100 m llegamos a un pequeño valle donde hay una toma de agua. Un poco más adelante existe un pozo de nieve en muy mal estado. Nos sirve como referencia porque a partir de ahí nos desplazaremos hacia nuestra izquierda para ir subiendo el último obstáculo hasta llegar finalmente a una amplia explanada donde se encuentra el vértice geodésico de la Mallá del Llop. Enfrente nuestro nos sorprende encontrar las famosas "bolas" de la Sierra de Aitana relativamente cerca, pero separadas por un enorme y profundo valle. 600 m más abajo distinguimos Guadalest, su pantano, Beniardá, Benifato y mirando hacia el este, mucho más lejana, Callosa d'Ensarriá. A nuestra altura, hacia el este la Sierra de l'Aixortá y al fondo el Mediterráneo. Mirando hacia el norte distinguimos claramente el Montgó. Estamos sobre una atalaya extraordinaria. La vuelta la haremos por el mismo camino pero podemos explorar, si tenemos tiempo, toda esa zona, riquísima en espectaculares caprichos geológicos fruto de la erosión.
Distancia:
3,5 + 3,5 km
Tiempo:
3,5 h, ida y vuelta, haciendo paradas para contemplar el paisaje, hacer fotos y el lógico descanso en la cumbre.
Desnivel:
Unos 560 m.
Altura máxima:
1.357 m.
Dificultad:
Media. Es una continua ascensión un poco dura, sin zonas llanas, pero es relativamente corto. El camino está bien marcado sin posibilidad de error pero desde el pozo de nieve hasta la cima no hay señalización alguna, nos dejaremos llevar por la intuición, siempre hacia arriba. En la bajada cuidado con los habituales resbalones sobre la abundante piedra suelta.
Recomendaciones:
Nada especial. No subid en caso de niebla o falta de luz. En invierno cuidado con el frío, llevad en la mochila ropa de abrigo, guantes, chubasquero, pasamontañas. En verano mejor no subir en días de mucho calor porque no hay sombra alguna, es todo montaña pelada.